Para nadie es un secreto que no hay nada más importante para la estabilidad emocional del ser humano que una relación armónica familiar. Y esto comienza por la pareja. Así que si realmente quiere ser feliz y vivir en paz, comience por trabajar su matrimonio y dedicarle el tiempo que se merece.
¿Qué no sabe como? En particular es porque cada vez que quiere dialogar o tener una atención especial con su pareja, ésta se mete mas en si misma o le presta menos atención. Entonces vienen las quejas y los reproches mutuos. Cuando este tipo de situaciones se presentan, es necesario ver el patrón de comportamiento como un problema, donde cada uno de los dos está provocando la actitud del otro. Lo primero que se debe hacer es dejar de intentar que la otra persona cambie, convencido(a) de que esta haciendo lo correcto; la persona que pretender “ayudar” o “conmover” a la otra, lo que hace es empeorar la situación. Tratar a la pareja como a un chiquillo puede causar mayor depresión en el otro. Si quiere romper el círculo vicioso de una relación en la cual uno de los dos miembros quiere y el oto huye siempre, debe olvidarse de los fantasmas de rescate. Dígale a su pareja que esta en disposición de ayudarle y que tiene ideas para hacerlo, pero que lo hará cuando ella tenga también la disposición de recibir ese apoyo y esos consejos. Luego, resista el impulso de interferir. Puede resultar duro, pero es necesario.
Los hombres en particular, cuando se deprimen tienden a guardar los sentimientos, al contrario de las mujeres-Y a sumergirse en el trabajo, en un deporte, e incluso, en la bebida. Eventualmente salen adelante solos. Ustedes comparten la vida pero no deben “vivir” y mucho menos manipular la del otro.
Trate de ver el problema de la otra persona como algo que usted comparte en vez de algo que solo le atañe a ella. Es muy difícil vivir con alguien depresivo sin ser afectado(a) por ello. Peor aún, si el estado de ánimo de la otra persona le ha llevado a encerrarse emocionalmente. Es probable que usted sienta soledad, rechazo y hasta furia. Las soluciones a los problemas hay que buscarlas conjuntamente y no imponerlas.
Piense en lo que pueda hacer para que a usted no le ataquen la amargura o el resentimiento. ¿Que tal dedicarle más tiempo a algo que disfruta o poner en marcha esa idea que ha soñado realizar desde hace mucho tiempo? Cuéntele a su pareja sus planes. Eso ayudará a que de pronto él o ella se anime y haga lo propio. Si las depresiones y males de su pareja se han convertido en altibajos consuetudinarios es hora de que también piense en sus propias necesidades.Si todo parece indicar que su pareja no quiere o no puede cambiar, pregúntese que comportamiento definitivamente usted no esta dispuesto(a) a aceptar. Y hágaselo saber. Al final, la mejor forma de ayudar a una pareja deprimida es expresar su amor y preocupación pero poniendo de presente hasta qué punto está dispuesto(a) a llegar. Luego, trátele como a un adulto que puede asumir su propia vida. De lo contrario, la otra persona nunca tomará las riendas de su existencia ni madurará.
Así que, los que son fuertes deben soportar las flaquezas de los débiles, y no buscar solamente el agrado de si mismos. Cada uno de nosotros debemos llevar sobre nuestros hombros la responsabilidad de velar por las dudas y los temores del prójimo, hagamos cuanto contribuya al bien y a la edificación de ellos, nos instruye la palabra de Dios. Y aun con más responsabilidad a los de su familia. (Romanos 15:1).B.D.
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