domingo, 25 de diciembre de 2011

LA INTERVENCIÓN...


La intervención excesiva de la familia en el matrimonio provoca muchos problemas!
Génesis 2:24: Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.
Desde la creación del ser humano, Dios diseñó el modelo de estructura familiar, dándole una prioridad absoluta al matrimonio por sobre todas las demás estructuras de relación humana.

O sea que de acuerdo al diseño de Dios para la humanidad, el matrimonio debe tener un nivel de unidad tan fuerte y unida, como una sola carne. En toda la Biblia  no se habla de ningún otro tipo de relación tan sólida como el matrimonio.

Evidentemente el diseño de Dios para desarrollar la raza humana proviene de un núcleo familiar fuerte entre un hombre y una mujer que a-través del amor desarrollarían una unidad espiritual y emocional capaz de brindarle a los hijos el ambiente necesario para formarse como hijos saludables espiritual y emocionalmente.

La mayoría de los padres podemos dar buenos consejos a los hijos casados, pero con mucho amor, paciencia y sutileza, evitando en lo absoluto imponer esos consejos. Nunca presionarlos para que tomen las decisiones que ellos quieren. Es saludable que los hijos vivan sus propios procesos.

Sin embargo los mejores consejos vienen de nuestro Padre Celestial por medio de su palabra de vida en la Biblia. Las sagradas escrituras son un manual de vida escrito por el diseñador y creador de la raza humana.
Los matrimonios deben escuchar las opiniones de sus padres y los miembros de su familia, pero deben confrontar las opiniones recibidas con la palabra de Dios, porque esta y solo esta es la verdad absoluta. No deben permitir que ningún miembro de su familia ignore o maltrate a su cónyuge, porque desde el momento del matrimonio, tu cónyuge se convierte bíblicamente en tu prioridad, no tu familia.

Es entonces nuestra obligación defender y cuidar el corazón y la estabilidad emocional de mi cónyuge antes que el de cualquier miembro de la familia. Hay madres que dicen: pero si yo lo traje al mundo, mi hijo me debe más respeto a mí que a su esposa que conoció mucho tiempo después. Eso es un grave error, porque de acuerdo con Gen 2:24, la prioridad no es un asunto de antigüedad, es un asunto de principios de vida establecidos por nuestro Padre Celestial.

Es bueno y necesario que las nuevas familias compartan con sus padres, hermanos y otros familiares, pero debe mantenerse cierta distancia en las relaciones para evitar que haya abuso o excesos de confianza. Si unos padres ayudan a sus hijos materialmente, eso es excelente, pero eso no les da derecho de intervenir o manipular las decisiones de sus hijos casados.

Si  tu matrimonio se ve afectado por la excesiva injerencia de sus familias, ustedes deben hablar al respecto, y tomar la decisión de amar a sus familiares, pero mantener una cierta distancia emocional que no influencie sus decisiones.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!